Se están revisando las alegaciones para poder endurecer la normativa actual.El cambio de la ley cuenta con la oposición frontal de los hosteleros.

28/09/2010 M. E. C. el Periódico de Aragón.

La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, sigue mostrándose firme ante lo que ha sido uno de los caballos de batalla de su legislatura: la prohibición del tabaco en los lugares públicos y de ocio, es decir, en bares y restaurantes. Tal y como anunció ayer, la intención de su ministerio es que el endurecimiento de la ley antitabaco entre en vigor el próximo 1 de enero.

En este sentido, Jiménez recordó que la reforma de la norma está en estos momentos en el Congreso, una vez que se ha concluido la fase de comparecencias de los actores implicados. Asimismo, indicó, acaba de finalizar el periodo de presentación de alegaciones, que se están examinando en estos momentos. "Esperamos que a finales de octubre primeros de noviembre podamos tener ya una decisión definitiva", agregó la ministra.

Una vez que concluya esta fase habrá que decidir a partir de cuando puede entrar en vigor la prohibición del tabaco en los lugares públicos. "Una fecha que siempre hemos manejado de todos los grupos políticos es el 1 de enero", aseguró.

El veto al cigarrillo ha desatado una fuerte polémica, principalmente por las protestas de diferentes asociaciones de hostelería, que se consideran las paganas de la prohibición. De hecho, la Federación Española de Hostelería ha pedido incluso que bares y restaurantes puedan disponer de cubículos exclusivos para fumadores, de hasta el 30% de la superficie, perfectamente compartimentados, a los que no se permitiría entrar a los niños ni a los camareros. Según los cálculos de este colectivo, el endurecimiento de la ley provocaría el despido de 145.000 trabajadores.

Sin embargo, los expertos que han liderado la corriente de opinión en pro de vetar el tabaco aseguran que de este modo no se preservaría realmente la salud de los clientes no fumadores.