Un Mundial en el que todos ganan
CHEMA R. MORAIS. Heraldo de Aragón.
Se juega en Zaragoza la Copa Europea de Fútbol sin Drogas. Equipos de distintos países y un solo fin: superar la adicción.
Zaragoza vuelve a ser sede de un Mundial de fútbol. Sin Naranjito, pero con toda la intensidad de una competición internacional. Bueno, más que Mundial, es Eurocopa. Y se juega en el Stadium Venecia. Dio comienzo ayer y seis países se están viendo la cara en el terreno de juego? y fuera de él. Porque, en este torneo, el resultado deportivo es lo de menos -a pesar de que algún entrenador, como el de la selección de Castilla La Mancha, se esforzaba ayer en mantener a raya a sus jugadores-: lo que hay que enviar fuera de juego es la adicción.
Se trata de la XIII Copa de Fútbol sin Drogas, donde unas 150 personas en proceso de rehabilitación de distintas organizaciones europeas dejan unos días las consultas y terapias para echar unos partidos. Este año, el Centro de Solidaridad de Zaragoza (CSZ) lo organiza, un privilegio por sus bodas de plata. Y hasta aquí han venido compañeros de Alemania, Austria, Italia, Hungría y Ucrania, además de Baleares, País Vasco y Castilla-La Mancha. En total, y junto a Zaragoza, diez equipos y un solo fin. "El deporte resulta fundamental en la rehabilitación y, además, se intercambian experiencias", contó ayer José Carlos Aguelo, secretario general de la CSZ. "De aquí -le apoyó Matteo Rocco, responsable del grupo llegado desde Venecia-, surgen grupos de amistad y de trabajo. La gente puede dejar el programa cuando quiera y la mayoría de los que vienen a esta competición lo acaban". "El fútbol resulta tan vital como los ratos informales -explicó José Antonio Gimeno, director de programas del CSZ-. Todos estamos en la misma lucha".
Es decir, se busca la confraternización de los jugadores. Pero también de los terapeutas. Según la educadora del CSZ Ana Carmen Montañés, toda actividad fuera del centro ayuda a mejorar el proceso de rehabilitación. "A nivel personal, esto vale más que diez grupos seguidos. Te ven fuera del despacho, de las normas. Nos da más pistas de cómo son y ellos también te ven de distinta forma". Por eso, desde Zaragoza se han fomentado otras actividades como el Camino de Santiago. Uno de los que lo recorrió, y que ayer también tuvo que sudar la camiseta para ganar al contrario, es Abel Carroquino, para el que esta singular Copa es más que un galardón. "Nos motiva. No solo para jugar, sino porque ves a mucha gente que está bien y salimos de la rutina, de terapias, del día a día?". Sin olvidar el juego limpio. "El equipo de Zaragoza es referente. Además, fuimos campeones una vez -recordó el coordinador deportivo del CSZ, Alfredo Marquina-. Pero lo mejor es que el que queda el último se siente igual". Tanto, que en 2009, en el campeonato de Stuttgart, un chico le confesó: "Ganar el torneo no me cambia la vida, pero haberlo jugado, sí". Pues menos mal que aún les quedan diez partidos hoy y competición hasta el viernes?
